Procrastinación: Cómo boicoteamos el cambio en la farmacia

Escrito por: Raquel Arbizu
17/05/2018
Club de la Farmacia - Blog - Gestión

«Procrastina… ¿qué?»  es una de las cosas que escucho cuándo hablo con mis clientes de la gestión de tareas y del tiempo en la oficina de farmacia. Procrastinación es un término que últimamente se utiliza mucho, y es algo que todos hemos experimentado en nuestra vida más de una vez.

 

La RAE no acepta el término procrastinar pero si procrastinación que sería el resultado o tendencia de procrastinar. Es decir, de demorar, retardar o retrasar actividades o situaciones, que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más agradables o irrelevantes.

Es cierto que en la farmacia siempre tenemos un millón de cosas que hacer. Pero también es cierto, que en muchos casos ponemos esas tareas diarias como excusa para no hacer cosas importantes, que no nos gustan, que no nos apetece hacer, o que no queremos tener que enfrentarnos a ellas. Y si no, confiesa si no te pasa algo de esto alguna vez:

  • Tenías algo importante que hacer pero lo has pospuesto porque tenías mucho trabajo en ese momento.
  • Has dejado algo para más tarde porque en ese momento no sabías por dónde empezar.
  • Te han surgido dudas de cómo hacerlo y has decido dejarlo para mañana.
  • O has pensado que, como ahora no tienes tiempo para hacerlo perfecto, mejor lo dejas para luego.

¿Te suena? Todas las situaciones anteriores son síntomas de procrastinación.

En el caso de la farmacia la procrastinación es la principal causa de boicoteo de la introducción del cambio en la farmacia. Es la causa más frecuente de que las buenas intenciones se queden eso, en intenciones, y no se conviertan nunca en acciones.

¿Cuáles son las causas de la procrastinación?

Las principales causas de la procrastinación son:

  • Bloqueos: algo nos puede llegar a estresar tanto que nos podemos bloquear. Eso hace que nos quedemos en la inacción.
  • Miedos: al cambio, al fracaso, o incluso al éxito. Recuerda que, muchas veces, somos nuestro peor enemigo y lo único que nos separa del éxito.
  • Indecisión: cuando tenemos que elegir entre varias opciones. Es lo que yo llamo “la parálisis del análisis”. Entramos en bucle para no tomar una decisión y tener que pasar a la acción.
  • No saber cómo hacerlo. El problema suele ser no querer pedir ayuda o tener que reconocer ante los demás que no sabemos cómo hacerlo o por dónde empezar.
  • Perfeccionismo: hasta que no tengamos las condiciones perfectas para hacerlo perfecto no lo haremos. En realidad, es una “excusa” más de las muchas que nos ponemos.
  • Objetivos demasiado ambiciosos: tanto que abruman y hacen que nos quedemos inactivos.
  • Confianza excesiva: confiamos en que va a dar tiempo de hacerlo más tarde, y al final se aplaza “sine die”.

¿Cómo superar la procrastinación y pasar a la acción?

  • Cambia el «Tengo que hacerlo» por el «Quiero hacerlo», esto quita mucha presión en caso de bloqueo o miedo al fracaso. Según mi experiencia, si cambias todos los “tengo” por “quiero”, conseguirás desbloquear muchas de tus tareas o acciones.
  • Informarnos y Formarnos. Cuando queremos hacer algo de manera distinta en la farmacia, introducir cambios, o aplicar un procedimiento distinto, primero tenemos que informar y formar a todo el equipo sobre qué vamos a hacer y cómo vamos a hacerlo. Que nuestro equipo sepa qué, cómo, cuándo, porqué y para qué de nuestras acciones, es fundamental para que se impliquen y sepan cómo hacer las cosas
  • Sin perfeccionismos: lo perfecto es enemigo de lo bueno. Lo digo en serio. No somos perfectos, huye de la perfección. Es preferible implantar las cosas y tener que corregir lo que no funciona, basado en la práctica, que estar permanentemente en el aspecto teórico, dándole vueltas a todo para encontrar la perfección.
  • Teoría de la porción. Cuando la tarea es demasiado grande siempre vamos a dividirla en sub-tareas más accesibles. De esta forma nos planteamos acciones asumibles y que no nos asustan.
  • Regla de los 10 minutos. Vamos a proponernos dedicarle al menos 10 minutos a la tarea. La gran mayoría de las veces continuaremos más tiempo ya que lo que cuesta es empezar. Esta es una buena manera de no posponer eternamente.
  • Piensa en términos de recompensa. La recompensa es simplemente el alivio de quitarnos de encima esa tarea pesada o desagradable. La recompensa del trabajo hecho. También se puede poner otro tipo de motivaciones si son necesarias y tienen razón de ser para involucrar al equipo.
  • Compártelo con los demás. Cuándo nos comprometemos delante de otros a hacer algo, es mucho más probable que lo hagamos debido a la “presión pública”. Para mí, es muy bueno involucrar siempre al equipo, que todos animen y apoyen al resto. Si es una tarea individual, también debemos acordarnos de reconocer públicamente el trabajo realizado.

Todas las soluciones son válidas, pero si me tuviese que quedar solo con una,  me quedaría con la «Regla de los 10 minutos». Es un “auto-engaño” pero da resultados espectaculares en tareas de gestión y planificación.

¿Cuándo empiezas a ponerlo en marcha? Deja la procrastinación y pasa a la ACCIÓN.

Raquel Arbizu Olveira

Experta en comunicación y marketing aplicado a la farmacia y gerente de FarmaFlow.

Fecha de la última modificación09/01/2019

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