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Siempre hemos de estar preparados para el control de las autoridades tributarias. De hecho, todos los contribuyentes (incluidas por supuesto las oficinas de farmacia) formamos parte del “bombo” y puede llegar a ser hasta coherente que, en alguna ocasión, el fisco (bien mediante su departamento de gestión o bien por el de inspección) llame a nuestra puerta.
A lo que quizá no estemos tan acostumbrados los que tratamos a diario con la Agencia Tributaria, es a “cambios de estilo” en sus comportamientos con la masa general de contribuyentes. Es evidente, que el “renovarse o morir” supone una casi letanía en todos los aspectos de la vida y como no podía ser de otro modo, también el organismo fiscalizador por antonomasia acude a esta sentencia.
El nuevo estilo de la Agencia Tributaria
Cualquier farmacia, por una cosa o por otra, habrá recibido (o recibirá probablemente) una comunicación durante su vida empresarial. Y de una forma más o menos óptima, habrá resuelto las peticiones esgrimidas. Pero en esta ocasión, haremos mención a un “nuevo estilo” manifestado recientemente por la Agencia Tributaria en el que, mediante envíos de comunicaciones individualizadas al contribuyente, le ponen de manifiesto, aparentes discordancias con los principales ratios de su sector empresarial.
Evidentemente, el objetivo desde nuestro punto de vista es doble. Por un lado, la recepción de este tipo de misivas al estilo “sabemos lo que hiciste…” produce en el contribuyente, una sensación de control directo subliminal. En segundo término, recibir este tipo de comunicaciones en un periodo de presentación de impuestos anuales (renta e impuesto sobre sociedades) golpea la conciencia fiscal de los contribuyentes, haciéndoles ser conscientes de la coherencia de sus autoliquidaciones.
Siendo mas concretos, Hacienda ha dirigido sus acciones a sectores económicos donde aún existe un porcentaje considerable de operaciones realizadas en efectivo (donde, por cierto, también se encuentra el sector de oficinas de farmacia). En dichas cartas, se hace mención al “ratio medio” estimado por el fisco que ese tipo de ventas suponen en la economía del empresario/a.
Está más que claro que, el departamento de marketing de Hacienda, pretende avisarnos de que tiene un excelente “big data” que les orienta sobre el “retrato robot” que una pyme podría tener en el tejido empresarial de nuestro país. Incluso de forma sectorizada.
Es publico y notorio que los esfuerzos de la actual Agencia Tributaria se encaminan a una concienciación de todos los ciudadanos españoles en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Lo cual, en principio, es loable. Ejemplos claros de esta tendencia se concretan en el Portal de educación cívico-tributaria, destinado a que los futuros contribuyentes (alumnos de eso y primaria) vayan tomando nota de lo que les vendrá en un futuro mas o menos inmediato.
Reflexión sobre el nuevo estilo de la Agencia Tributaria
Ahora es cuando viene nuestra reflexión: ¿Es compatible este aparente comportamiento “friendly” del fisco con la extenuación del contribuyente mediante sucesivas campañas de requerimientos de los principales impuestos?
Y, ¿es normal que en el periodo en el que los contribuyentes preparan sus principales autoliquidaciones, la Agencia Tributaria “no pare” y siga enviando miles de requerimientos, en los que, en un brevísimo plazo, han de entregarse una ingente documentación contable y fiscal de hace años?
Comentemos, por cierto, que el periodo medio de contestación de estos requerimientos es superior a tres meses, lo que provoca una desazón completa versus la rapidez en que la empresa (farmacia en nuestro caso) debe responder y aportar lo solicitado.
¿Y cuál será la acción posterior del fisco? ¿Nos avisa o amenaza?
Juan Antonio Sánchez.
Economista Asesor Fiscal. Colegiado 7654.
Socio director TAXFARMA
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