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Como bien decía Peter Druker, quien es considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, “Lo que no se mide, no se puede mejorar”, y esto se aplica a todos los ámbitos de la gestión de un negocio. Para las Farmacias que quieren crecer y buscan maximizar la rentabilidad, medir la evolución financiera y del producto, es uno de los elementos esenciales.
Tanto si gestionas tu Farmacia por categorías o mediante una estrategia GUN (Gestión por Unidad de Negocio) una de las herramientas básicas que te dará la información necesaria para continuar desarrollando un Plan de Negocio de éxito, es la creación de cuadros de mando.
Partiendo de unos objetivos determinados y estudiados en función de las necesidades de nuestra Farmacia, será necesario contar con un cuadro de mando que nos de una visión general de la evolución en la consecución de los objetivos previstos, y a medio plazo, de los resultados obtenidos en un periodo determinado de tiempo. Con este esquema de logros, podremos compararlos con nuestros objetivos y decidir cambios o mejoras en el plan de acción.
Una de las principales ventajas del cuadro de mando es que permite el seguimiento de la evolución de la farmacia desde diversos puntos de vista: finanzas, clientes, procesos internos y crecimiento. Esta múltiple perspectiva nos permite obtener conclusiones a nivel económico, de stock y actividad, así como de personal y de clientes.
Aunque el diseño del cuadro de mandos es libre y se realiza en función de las necesidades de cada Farmacia, por lo general se presenta como una tabla contenida en una hoja de cálculo. Donde deberíamos tener al menos un cuadro por cada área de análisis y luego otro cuadro resumen a modo de sistema de alerta de forma agrupada.
Recomendamos que más allá de lo elemental, que es el control de las ventas, las unidades, el porcentaje de venta libre y seguridad social, operaciones, etc… deberíamos tener siempre datos comparados para ver la evolución y también los pesos específicos de cada categoría respecto a las ventas de tal forma que nos marque la importancia de cada una de nuestras actuaciones para incrementar nuestra eficiencia y rentabilidad.
Pero cuando hablamos de medir, no sólo se trata de obtener resultados numéricos, se trata de analizarlos, revisarlos y contrastarlos para evitar que sean solo valores aleatorios. Es decir, el verdadero valor de un cuadro de mandos, no está en los datos obtenidos en si mismos si no en la preparación para el análisis de los mismos y que éste cuadro sea la base de nuestra toma de decisiones. Tanto estratégicas como operativas. El buen uso del cuadro y su seguimiento regular, nos permitirá aplicar planes de contingencia a tiempo para poder asegurar los objetivos planeados.
Aunque requieren una inversión de tiempo y esfuerzo, como todo en la vida, los cuadros de mando van a traducirse en tu Farmacia en certeza, eficiencia y desarrollo. La primera porque con el paso del tiempo conseguirás un desarrollo más acertado y cercano a tus objetivos. Observar y medir permitirá que realices proyecciones más certeras y que tus acciones se encaminen positivamente a la consecución de tus objetivos.
Por otro lado, los cuadros de mando permitirán mejorar sustancialmente la eficiencia de tu Farmacia, serás capaz de emprender acciones correctoras en aquellos puntos en los que la rentabilidad no sea la esperada en un inicio y lo que es más importante aún, generarás estrategias acertadas para cada categoría previendo la evolución favorable de cada unidad de negocio de tu Farmacia.
Y si de desarrollo hablamos, los cuadros de mando permitirán el desarrollo integral de la Farmacia, puesto que su análisis es amplio y permite aislar información a la par que se relaciona con otras áreas, dando una perspectiva diferente, analítica y útil en pro del desarrollo de tu Farmacia.
Observa, registra y mide con esta herramienta que además de ayudarte a mejorar, te hará ser más profesional en lo que a gestión se refiere.
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