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“He leído el prospecto y tiene muchos efectos adversos, ¡ya no me lo tomo!”
Seguro que en más de una ocasión ha venido un paciente al mostrador con dudas como esta sobre lo que pone en el prospecto de su medicación y has pensado que ojalá no lo hubiera leído. Pero recuerda que el prospecto contiene una información que de manera obligatoria debe estar a disposición del paciente y que nuestro deber desde la farmacia es explicarle cómo interpretar el prospecto si le surgen dudas. Para ello, vamos a hacer un pequeño resumen sobre la información básica a explicar al paciente.
- Mientras dure el tratamiento con el fármaco no desechar caja ni prospecto, ya que podría tener alguna duda sobre posología o normas de correcta administración.
- Leer todo el prospecto atentamente antes de tomar el medicamento. Si es mucha información o tiene dificultades para entenderlo consultar al farmacéutico.
- El cuerpo del prospecto contiene 6 premisas principales:
- Composición: sustancias que componen el medicamento, nombre, cantidad y presentación. Entre estas sustancias se debe diferenciar entre principio activo y excipientes. Resulta muy útil para averiguar si tiene algún componente que no deba consumir.
- Indicaciones: aquí figuran las situaciones en las que el uso del medicamento está indicado.
- Posología: dosis o cantidad de medicamento que debe administrarse por toma o diariamente, especificado edad o peso.
- Contraindicaciones: se especifican los casos en los que el medicamento no debe tomarse por enfermedades crónicas o alergias.
- Precauciones: se indican los casos en los que, pudiéndose tomar el medicamento se debe extremar la vigilancia.
- Efectos secundarios e interacciones: aquí se recogen las reacciones no deseadas en nuestro organismo. Se indican de mayor a menor frecuencia o porcentaje de personas que los manifiestan. En cuanto a las interacciones, aparecerán los grupos de fármacos que en su toma simultánea puedan aumentar o disminuir los efectos del medicamento que estamos usando.
- Si alguna información del prospecto no ha quedado clara, ante la duda no tomar el medicamento hasta haber consultado en la farmacia o con el médico.
- No conservar prospectos ni cajas antiguas de fármacos ya que pueden contener datos no actualizados (la información sanitaria puede haber sido modificada) y dar lugar a confusión o mal uso. Una vez finalizado el tratamiento con un determinado medicamento, se aconseja desechar las dosis sobrantes junto con la caja y el prospecto en el punto SIGRE de la farmacia.
Recomendaciones ante los errores más comunes relacionados con el prospecto
Una vez terminada la dispensación del medicamento debemos concienciar al paciente sobre el uso correcto del fármaco y recordarle que no debe guardar los medicamentos sobrantes de sus tratamientos. Para ello debemos advertir:
– No mezclar prospectos y envases de diferentes medicamentos ni de un mismo medicamento de diferentes laboratorios.
– No automedicarse tomando el medicamento con una finalidad distinta a la prescrita.
– No alarmarse por efectos secundarios que figuran en el prospecto tomando el fármaco con seguridad y confianza y sin suprimar ni alterar la pauta marcada. Si notas alguna alteración inusual consulta a tu médico o farmacéutico.
– No poner en duda la indicación del médico y farmacéutico por algo leído en el prospecto.
Por otro lado, si en alguna ocasión detectas una incoherencia entre la pauta marcada por el médico y las indicaciones del prospecto no dudes en contactar con él o con la AEMPS para verificar que el paciente va a realizar el tratamiento correcto.
Como conclusión, si tu paciente tiene dudas acerca del prospecto de su medicación acompáñale en su lectura aclarándole los conceptos que no entienda. Lo único que no podrás enseñarle, ya que aún no se ha conseguido descifrar, es cómo volver a doblar el prospecto como estaba al principio o abrir el envase por el lado que no aparezca el prospecto. 🙂
David Sánchez Martín,
Técnico en Farmacia en Farmacia Cruz de la Carolina.
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