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La alergia estacional es un problema recurrente, al que nuestros pacientes tienen que enfrentarse regularmente. Afecta a la cavidad nasal, pero también a los ojos y la reacción puede acabar afectando a otras partes del organismo.
La contaminación atmosférica, especialmente las partículas en suspensión, parece que puede tener un papel importante en la sensibilización de nuestro sistema inmunitario y la respuesta inmune generada. Y podría ser una explicación del incremento de casos1.
El tratamiento médico2, a parte de la evitación o la reducción de la exposición siempre que sea posible, en la que tanto las mascarillas que usamos hasta ahora para la epidemia del COVID o gafas envolventes pueden tener su importancia, incluye medicamentos tópicos o sistémicos como son los antihistamínicos, los vasoconstrictores y los corticoides. Algunos de estos medicamentos no requieren de prescripción médica. Como tratamiento coadyuvante no debemos olvidar los lavados nasales con soluciones de agua de mar que permiten un arrastre y eliminación de los alérgenos, mejoran la aplicabilidad de los tratamientos tópicos e impiden complicaciones tales como las infecciones del tracto respiratorio implicado
La rinitis alérgica3 suele ser un problema de poca importancia, pero en los casos en que la respuesta inflamatoria del organismo sea más intensa pueden aparecer complicaciones como la poliposis nasal o la rinosinusitis aguda. En los casos en que los síntomas persistan a pesar del tratamiento recomendado, o aparezca dolor en la zona facial, goteo postnasal, mucosidad purulenta, obstrucción persistente, fiebre o exacerbación de patología respiratoria se requiere de la derivación a su médico.
Conocer al polen al que el paciente es sensible nos puede facilitar evitar el contacto (que suele ser la causa más habitual de la alergia estacional). Existen apps y recursos web que cuantifican la concentración de pólenes en cada momento, según la ubicación geográfica, y permiten planificar actividades al aire libre.
La visita al alergólogo nos puede ser útil para identificar los alérgenos que producen el problema, con pruebas cutáneas o analíticas. Si se identifica el alérgeno mediante un adecuado estudio alergológico, las vacunas con alérgenos o inmunoterapia son el único tratamiento específico para tratar la causa responsable de la alergia y alterar la evolución natural de la rinoconjuntivitis alérgica. Su eficacia persiste incluso años después de acabar con su administración.
No olvidemos que con frecuencia la rinitis alérgica puede derivar en pacientes asmáticos a una reagudización de su asma alérgica y puede acompañar en algunos casos predispuestos exacerbaciones asmáticas, y pueden conllevar una derivación si no se controlan los síntomas con la terapia habitual.
Salvador Tous.
Farmacèutico comunitario en Igualada, Farmacia Tous, Grupo de trabajo en HTA y RV de SEFAC, CAMFIC, iPharmacistSCT, SCatalana HTA
Bibliografía:
1 https://es.statista.com/estadisticas/1038489/numero-de-casos-de-rinitis-alergica-en-espana/ Ultimo acceso: 08.04.22
2 Recomendaciones y algoritmos de práctica clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Guía Rinitis; 2010 Seiac
3 GEMA5.0. Guía española para el manejo del asma, Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) 5.0. Disponible en: https://www.gemasma.com/ ultimo acceso 08.04.22
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