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Nadie que haya hecho “El Camino”, en su recorrido completo o parte del mismo, puede negar que es toda una experiencia vital. Esta experiencia puede ser deportiva, cultural, religiosa o espiritual pero, sea cual sea la motivación por la que una persona decide iniciar su particular peregrinación a Santiago, lo que es seguro es que va a vivir momentos en los que se va a encontrar consigo mismo y va a reflexionar sobre algún aspecto de su vida, encontrando probablemente la actitud con la que debe enfrentarse a ella.
Yo acabo de regresar de un Camino muy especial realizado en compañía de mi hijo y seguramente, esta circunstancia ha aportado más intimismo a una experiencia de la cual he podido extraer siete enseñanzas que se pueden aplicar a cualquier negocio, incluido el de la oficina de farmacia.
Primera enseñanza
“Asume que hay veces que te esfuerzas y no avanzas y otras que avanzarás sin esfuerzo”
A lo largo del Camino tienes que sortear promontorios, transitar por sendas, vadear riachuelos o abrirte paso en medio del fango. En estas circunstancias el esfuerzo es máximo sin por ello conseguir un gran avance, más bien todo lo contrario. Pero en ocasiones también disfrutas de pistas completamente llanas, con buen firme y pendientes favorables que te permiten “devorar metros” sin darte cuenta.
Pues en cualquier proyecto empresarial ocurre lo mismo: se pasa por etapas que duran meses e incluso algún año, en las que el esfuerzo dedicado a su desarrollo no reporta avances. Es la persistencia en el esfuerzo, la que conduce un buen día a un cambio de tendencia que trae consigo unos resultados que a veces llegan sin tanto empeño.
Segunda enseñanza
“Prepárate para superar las inclemencias que frenan tu marcha”
La nieve, la lluvia, el frío o el viento aparecen cuando menos lo deseas y no sólo frenan tu marcha sino que te ponen a prueba cuando, en medio de estas duras condiciones, asoma la idea del abandono.
Circunstancias desfavorables del mercado, competencia agresiva, restricciones administrativas, etc., nos pueden afectar en cualquier momento y entonces toca poner el negocio “a cubierto” y sin dejar de avanzar, esperar con calma que mejoren las condiciones para continuar al ritmo ideal.
Tercera enseñanza
“No dejes de tener Fe en ti mismo para seguir dando Confianza a quien de ti la espera”
El Camino es una experiencia con cierto componente de aventura que, vivido junto a otra u otras personas, requiere tener carácter para superar cualquier dificultad e imprevisto, demostrando tener fe en uno mismo para poder transmitir la confianza necesaria que permita a todos visualizar el final del recorrido.
La capacidad de generar confianza es uno de los requisitos para liderar un equipo y así mismo el propio líder lo es, cuando muestra fe en sí mismo, no con una actitud de suficiencia, sino de entrega al grupo como guía a disposición del mismo.
Cuarta enseñanza
“Márcate logros a lo largo del trayecto que te conduzcan al fin último propuesto”
El Camino es largo y su final es lejano, así que culminarlo requiere marcarse hitos a lo largo del trayecto que al alcanzarlos nos animen a seguir con la visión puesta en el objetivo último. Es por ello que todo el que se plantea hacer El Camino planifica unas etapas y en cada una de ellas tiene marcados los puntos de paso en los cuales sellará su credencial, constituyendo cada sello conseguido en iglesia, convento o albergue de los muchos que jalonan El Camino, la consecución de un pequeño logro.
Del mismo modo, todo proyecto tiene una misión que cumplir y una visión a futuro con la que soñar. Para conseguir ambas hay que ir paso a paso, como en El Camino, marcándose objetivos que nos permitan acercarnos poco a poco al fin último que nos hemos propuesto.
Quinta enseñanza
“Desarrolla la capacidad de crear puentes que permitan el dialogo y el entendimiento”
Me llama mucho la atención la gran diversidad de peregrinos que, de todos los rincones del mundo, hacen El Camino. No importa de dónde seas, en qué lengua hables, cuáles sean tus creencias o tus ideas, siempre que te cruces con un peregrino te deseará ¡Buen Camino! Sin duda, El Camino crea puentes entre diferentes países, culturas e incluso religiones, ya que sobre todo es una experiencia que permite cultivar el espíritu.
Y es el espíritu abierto y tolerante que encuentras en El Camino el que se debe fomentar en un entorno de trabajo, con el respeto a la individualidad dentro de un marco permanente de dialogo, pensando que el resultado colectivo es siempre mejor que el individual.
Sexta enseñanza
“Elimina las prisas que impiden acompañar y ayudar a quien te necesita a lo largo del Camino”
En la soledad del Camino uno no se llega a sentir solo y siempre aparece un solidario peregrino para ayudarte en lo que puedas necesitar. Es este apoyo del que uno goza yendo solo o acompañado, una de las claves para conseguir el objetivo.
Dice un proverbio africano: “Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado” y cualquier proyecto empresarial que busque tener éxito precisará de un equipo que camine al mismo ritmo dándose ánimo y apoyo ante cualquier eventualidad.
Séptima enseñanza
“Ten claro el qué, el cómo y sobre todo el porqué de tu objetivo y conviértelo en experiencia”
Hacer El Camino siempre tiene un porqué. Yo quería hacer algo con mi hijo que me permitiera conocernos mejor y afianzar nuestra relación basada en el cariño, el respeto, la confianza y el apoyo incondicional. El Camino se ha convertido en una intensa y profunda experiencia vivida en común que no vamos a olvidar y que ha contribuido a que estemos aún más unidos.
Si tienes una farmacia, piensa que El Camino será largo y necesitas encontrar un porqué para dar sentido a lo que día a día te propones hacer. Si lo encuentras, ese porqué mantendrá viva tu ilusión para convertir tu proyecto en una gratificante experiencia vital.
Antonio de Gregorio
Titular UP Farmacia DEGREGORIO
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